LECTURA DEL LIBRO “EL AGUA Y SU HISTORIA. MÉXICO Y
SU DESAFIOS HACIA EL SIGLO XXI,
MÉXICO 2006.” –Alejandro Tortolero Villaseñor.
Capítulo 1. Más de dieciocho siglos para explicar
el agua.
El autor nos narra en éste capítulo varios intentos
de explicación mitológica del agua, desde que a ésta la veían como una deidad,
como una acción divina, donde llegaron a pensar que era el inicio de la vida.
También explica sus orígenes en el siglo XV.
Nos sitúa el autor en éste capítulo los movimientos
que tenían con el agua las culturas mesoamericanas. Así mismo los mexicas
creían que la lluvia era producida por los tlaloque (deidades que vivían en los
cerros) ósea pensaban que la lluvia era dominada por las nubes mismas o por las
deidades celestes, si no por los cerros que eran los que hacían llover y
dominaban a los otros elementos. Creían que los cerros se hallaban llenos de
agua y que en épocas de lluvia liberaban esa agua. El agua se percibía como
peligrosa, que era una fuerza imprevisible que amenazaba a cada instante el
trabajo civil de los hombres.
Después se fue descubriendo que dicha agua se podía
usar para la agricultura, de ahí practicaron la agricultura chinampera mediante
obras de irrigación simples pero ingeniosas, de ahí empezaron a manejar el
comercio, el comercio en México no se hubiera desarrollado tanto, de no haberse
contado con un sistema de canales que no tenían comparación al tráfico de
mercancías.
También descubrieron la gastronomía con el agua,
decían que no solo se usaba en esas ocasiones si no también podrían emplearla
con la cocina y el consumo regional, esto implica la flora y la fauna acuática.
Así los indígenas lograron el absoluto control
hidráulico de la cuenca, pero éstos indígenas estaban lejos de las
explicaciones científicas que se daban en el mundo occidental.
Éste capítulo habla de el gran problema que tuvieron nuestros indígenas por ser conquistados por los españoles y así que ellos obtuvieran el mando del agua. Aquí los lagos envejecen y terminan por desaparecer, las plantas ganan terreno al agua, este proceso ecológico se llama sucesión. Antes de la llegada de los españoles los indígenas construyeron bosques, desviaron ríos, etc., pero ante todo los indígenas cuidaban el equilibrio de los lagos evitando la destrucción de los mismos. Con la conquista se quemaron bosques y otros ecosistemas para abrir paso a la ganadería, se construyeron presas pero las inundaciones constantes se convirtieron en una calamidad.
En fin, en la
Nueva España el miedo a las inundaciones de la ciudad se imponía en la
importancia de mantener un equilibrio hidráulico. Los conquistadores españoles
se interesaban más por los espacios drenados y, faltos conocimientos técnicos
para controlar las aguas de los lagos, preferían desaparecer la laguna para
apoderarse de tierras, lo que marcaría toda la época colonial.
Aquí ya empieza a
hablar del agua en el medio urbano en la que la iglesia era la encargada de los
servicios urbanos.
Seguían teniendo
problemas con el control de las inundaciones, la demanda del agua comenzó a
crecer y eso se originó por el crecimiento de la población y por la expansión
de las haciendas. El uso y el reparto del agua se haría de manera casuística,
pues con el crecimiento de la demanda fue necesario establecer reglas para
tener acceso al agua. Las dos normas más comunes fueron las mercedes y las
composiciones. Para tener una merced era necesario dirigirse al Virrey
precisando el agua que se necesitaba, el conducto de donde se tomaría, los
beneficios a la persona demandante y, la demanda era urbana, la concesión para
construir una fuente a cambio de la merced concedida. Las composiciones eran
trámites burocráticos mediante los cuales una persona podía poner en orden los
títulos de propiedad y los derechos que tenía sobre el agua o sobre cualquier
otro bien, mediante el pago de una cantidad de dinero. En el siglo XXII una
paja de agua costaba entre 300 y 500 pesos y el precio de instalación de
la toma también fue trasladándose el recurso de agua a quien contaba con los
medios para pagarlo: las haciendas, los conventos, los establecimientos
industriales, los grandes propietarios, los oficiales reales, etc. En esa época
el agua se perdía por robo, las reparaciones del servicio obligaban a la suspensión
por temporadas largas y la contaminación era frecuente. Por último, en las
zonas húmedas, como el Valle de México, se hicieron obras para evitar el exceso
de agua, mientras que en otras zonas se construyeron presas con piedras
cortadas y ajustadas. Todas las obras de ingeniería se dieron a la par de un
cabio en lo cultural de las aguas y de su ciclo de circulación que dejo atrás
las concepciones indígenas y su creencia en el ciclo subterráneo.
En esta etapa del
agua el estado empieza a tener el control de ella y claro, no solo de ella si
no de las calles también.. Con el Porfiriato esta situación se invierte y
el estado recupera sus funciones de control y hegemonía.
Con la adopción
del positivismo como ideología del régimen se emplea la idea de que la sociedad
se asemejaba al cuerpo humano, y por tanto era posible aplicarle los conceptos
de salud y enfermedad. Por lo tanto, habría que bañarse para quitar las
excresencias corporales y construir complicados sistemas para abastecer de agua
y desalojar los residuos urbanos. Los tratados de higiene de finales del siglo
XIX señalaban que cada habitante debía recibir 150 litros de agua diarios para
satisfacer sus necesidades. Los sistemas en líneas se dividían en tres
secciones:
1) los acueductos
que trasportaban el agua desde los manantiales o pozos.
2)” cajas de agua”
y servían para distribuir el agua a las cañerías.
3) las cañerías
permitían que el agua llegara a las fuentes públicas o a los consumidores.
La revolución
mexicana consolida el esfuerzo porfiriano en materia de aguas.
La novedad
revolucionaria fue, entonces, la utilización del recurso como elemento de
política social y de desarrollo económico. El impresionante crecimiento
poblacional obligo a dotar de servicios de agua potable a la población, la
distribución del agua en las ciudades se hace en forma lenta y es común que a
mediados del siglo solo se cubra la zona céntrica de ellas, siendo raro que las
casas tengan corriente en su interior. En este capítulo explica que en el siglo
XX ya se empiezan a preocupar por el agua en el país, fue tanto el aumento de
población que tuvieron que tomar también medidas preventivas para cuidar el
agua, ya que tenían la idea de que se estaba empezando terminar.
En las ciudades el
agua es esencial para mantener la higiene corporal, y por tanto la salud. Es
necesaria para diversas actividades cotidianas como el lavado y el cocción de
alimentos, la limpieza de la ropa y de la casa, el riego de plantas, y así
sucesivamente. En México más de la mitad del agua potable producida se consume
en menos de tres ciudades grandes, y se presenta una disparidad en la distribución
en zonas rurales y urbanas. La industria hidroeléctrica es la que más extrae
agua, pero no para consumo, si no para ser aprovechada en el movimiento de
turbinas; en la termoeléctrica mexicana el agua se contamina y se usa, pero en
una proporción reducida en comparación con otros países con centrales
nucleares, como Francia y los Estados Unidos. Por los costos ecológicos que no
hemos incorporado en nuestros modelos de desarrollo. Por ahora se calcula que
la ecocapacidad de nuestro país es menor de lo que necesitamos. De acuerdo con
cálculos basados en la huella ecológica, un mexicano necesita alrededor de 2.6
hectáreas para reproducirse en armonía con los recursos naturales, lo cual nos
deja en una situación difícil, sobre todo si lo comparamos con otros países.
Este capítulo
habla de las comparaciones explicitas de los usos del agua en México y en otros
países. Nos dice que el país con mayor consumo de agua per cápita es Irak, el
que menos consume es Israel. México está en el consumo menor a los mil litros
por habitante, como Japón, Italia, España Alemania y Gran Bretaña. Las
cinco sociedades aseguran así una cierta unificación en las prácticas detrás
del aparente localismo en la gestión. Por ello gestionan otros ser vivos
municipales: limpieza y tratamiento de agua, basura doméstica, redes de
comunicación por video transportes colectivos y calefacción urbana. Ósea la
expansión ha permitido el control de otras empresas de trabajos públicos y de
ingeniería.
Si nuestro país aún no ha observado procesos de
privatización, y todavía el poder federal es fuerte, ya que el Estado no
renuncia a la propiedad, regulación y conocimiento del recurso como herencia de
la revolución mexicana e incluso del porfiriato y ya no interviene directamente
en el aprovechamiento del recurso. Ahora el mercado ocupa cada vez más un
lugar importante en la asignación de los recursos hidráulicos; por ende el peso
de la iniciativa privada aumenta. Ojala y no solo sea el mercado el que sirva
como criterio para distribuir los recursos, si no también la disponibilidad, la
necesidad, la prioridad y el uso.
En este capítulo
el autor ya no habla de la antigua hidráulica, si no de la situación del agua
actual a la gran hidráulica donde la tecnología ha ido modificando a estos. Un
objeto representativo de esta nueva situación o etapa es la aparición de la
botella desechable, este objeto un valor en el mercado muy importante que
servía para generar grandes fortunas. Hay propuestas que hacen vislumbrar la construcción
de una ‘casa del agua’ una casa habitacional con un pequeño jardín, en el cual
el público podría percatarse de técnicas alternativas disponibles como
medidores domésticos. La misión de esta casa seria promover una cultura del
ahorro del agua y de su conservación. La nueva cultura del agua que responda
también a imperativos éticos y la participación de los usuarios serán elementos
necesarios. Algunos ejemplos muestran que en el siglo próximo, es el de la
moderación y no el de la revolución, deberá ser el de la construcción y el
desarrollo sustentable.
En conclusión, el
agua forma parte de nosotros desde muchos siglos atrás, es más, antes de
nuestra existencia, y por lo tanto es el privilegio de nuestro mundo, con este
recurso el hombre ha hecho y deshecho muchas cosas, aunque también le han
sacado dinero a algo que debería de ser gratis para todos, el hombre así
construye sus mitos y sus religiones. En este siglo el agua se ha vuelto una
forma de de explotación hacia quienes la consumimos, el autor Alejandro
Tortolero Villaseñor nos ha hecho hacer un largo viaje para conocer los grandes
momentos que ha experimentado nuestro país, México, en el manejo del agua.
Capítulo 2. El
agua de los indígenas.
Capítulo 3. El
agua de los españoles.
Capítulo 4. El
agua en el México colonial.
Capítulo 5. Más de
dieciocho siglos para explicar y uno para imponer una nueva representación: el
agua en el siglo XIX.
Este sistema de
red consistía en distribuir el agua por medio de tuberías conectadas entre sí,
cada sector del sistema contaba con válvulas que podían suspender el suministro
de agua. Las ventajas del sistema eran que mejoraba la higiene y se
regularizaba la distribución.
Capítulo 6. El
siglo XX.
Capítulo 7. El
agua en México en los 90.
Capítulo 8. México
en los noventa: la perspectiva internacional.
Capítulo 9. Un
siglo para reconstruir: proyecciones y alternativas hacia el siglo XXI.
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GLOSARIO.
-Radiestesista: Persona
que utiliza la radiestesia para captar radiaciones electromagnéticas.
-Capilaridad: es
una propiedad de los líquidos que
depende de su tensión
superficial la cual, a su vez, depende de la cohesión del líquido y
que le confiere la capacidad de subir o bajar por un tubo capilar.
-
Cosmológico: concepción integral, denominada también filosofía
de la naturaleza, que estudia todo lo relacionado con el universo: su
origen, su forma, su tamaño, las leyes que lo rigen y los elementos que lo
componen.
-Génesis: Conjunto de hechos o factores que dan por resultado otro hecho.
-Versatilidad: es
un adjetivo que procede del vocablo latino versatilis y que hace
referencia a la capacidad de algo o alguien de adaptarse con rapidez y
facilidad a distintas funciones. La versatilidad, por lo tanto, es una
característica muy valorada.
-Ambivalencia: es
un estado de tener simultáneamente, en conflicto sentimientos hacia
una persona u objeto. Escrito de otra forma, la ambivalencia es la experiencia
de tener pensamientos y/o emociones de ambas valencias positiva y negativa
hacia alguien o algo.
-Dualidad: Existencia
de dos caracteres o fenómenos distintos en una misma persona o cosa.
-Ávidamente:
ansiosamente
-Islotes: Los
islotes son pequeñas islas donde normalmente no viven seres humanos por su
pequeño tamaño. El nombre proviene de islette un diminutivo de "isle"
en francés antiguo. Debido a su reducido tamaño, los islotes suelen tener una
menor variedad de animales y plantas con respecto a las islas.
-Piscícolas: también
llamada combinado nacional, es un popular coctel chileno consistente
en la mezcla de psico con un refresco gaseoso, comúnmente
una bebida cola, la cual también es conocida como «negra». Algunas
personas prefieren tomarla con bebidas blancas, llamándose «piscola blanca» o
«combinado con blanca» al momento de pedir una en algún pub o
discoteca.
-Chinampa:
huertos o siembras en la tierra.}
-Composta: La
composta, el compostaje, composto o abono orgánico es el producto que se
obtiene del compostaje y compuestos que forman o formaron parte de seres vivos
en un conjunto de productos de origen animal y vegetal; constituye un
"grado medio" de descomposición de la materia orgánica
-Lacustre:
del lago o que tiene relación en el.
-Despilfarro:
gasto excesivo en bienes materiales.
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